Verónica
Navas
Ramírez
Verónica Navas Ramírez: hacia las artes en vivo con y desde el audiovisual, la letra y el cómic. Con foco en la no ficción, el site-specific, el field-recording, el urbanismo, la palabra, el estatus del espectador, el género. Desde la mirada subjetiva, el rastro, el detalle, el accesorio, la huella, lo íntimo. Fuera de escena, me activo en guión audiovisual, procesos colectivos de acompañamiento artístico en entornos educativos y comunicación teatral.
De lluny
Parto de
Voy con un sustrato de palabras clave: cine expandido y prácticas paracinemáticas; relación entre cuerpo, espacio y material; el caminar como metodología, como práctica estética y de pensamiento; la acometida del paso como movimiento madre; found-footage y site-specific; reedición, perspectiva, imagen, tiempo.
Como artista me he expresado sobre todo en dos ámbitos, las artes en vivo y el guion cinematográfico, convencida de que todo lo que interviene en los procesos (sea o no humano, sea o no tangible) está vivo, es decir, está cargado de tiempo (no siempre medible ni trazable, pero siempre ahí).
Es por ello que mi práctica de largo recorrido consiste en el estudio del tiempo y sus expresiones. Concretamente, en cómo el tiempo se percibe en los cuerpos y los procesos. Mi aproximación a la creación es fenomenológica. Así, cuando llega el momento de la obra, ésta se aborda siempre desde la relación, entendida como una sincronización efímera entre los tiempos de la pieza y los de las personas, materiales o ambientes que la albergan, cruzan, etc., incluida la artista, que es su primera interlocutora. En estos transcursos me acompañan siempre las preguntas «a qué distancia» y «en qué medida». Con «De lejos» también me pregunto qué formulación es la mejor para colectivizar una investigación hasta la fecha bastante íntima.
Anteriormente, mis trabajos escénicos habían desarrollado diferentes grados de relación entre lo analógico y lo digital, entre el hecho vivo y el registro, entre la realidad, la percepción y la memoria. Así es en «La Ciudad» (2019-2022) o «Hasta Agotar Existencias» (2016-2020).
«De lejos» nace de un deseo vital de continuidad y permanencia, de aleatoriedad e intervención. De la tensión entre estos pares, en 2022 arranca una investigación estética conceptual en torno a la línea, la transmutación y el tiempo de la imagen, que desarrollo por la vía práctica durante 33 días de 2023 en La Caldera.
Paso por
A partir de estas inquietudes, y teniendo en cuenta que dispondré de la Sala 4 (S4), planteo lo siguiente para la residencia, con una duración de algo más de cuatro semanas repartidas entre mayo y diciembre.
En el primer tramo, en primavera, me centro en «tirar líneas» para problematizar la noción de perspectiva y en estudiar la transformación de la imagen. Lo hago, por un lado, interviniendo la relación entre el cuerpo y el espacio, en principio diáfano, con hilo de coser, con el que formo una trama que propone travesía. Me interesa despertar consciencia sobre el tramo de cuerpo que va de la coronilla al cóccix. Por otra parte, me centro en construir y asistir al «trayecto de la imagen», para lo que propongo diversas prácticas que van desde la observación directa de una arquitectura o paisaje exterior («a ojo desnudo»), al licuado de su registro a través de diferentes medios y soportes (fotografía digital, impresión en papel, observación de lo impreso con diferentes lentes, proyección en pared, registro de la proyección, dibujo de línea continua, etc.). Estos registros superan en algunos casos su condición subsidiaria y adquieren autonomía. Ahí es cuando «nace» o «emerge imagen».
Durante el segundo tramo de residencia, en verano, genero continuos y trabajo de manera sostenida (esto es, interrumpiendo la tarea cuando proceda, pero no su energía de base). Me pregunto cómo se comportan los materiales, entendidos en un marco de relación triangular entre el espacio de sala, mi cuerpo y el papel. Este papel procede de revistas y de antiguas enciclopedias, cuyas páginas desencuaderno, corto y reedito como bobinas.
Llego a
Durante esas semanas de verano, desde el punto de vista formal, «De lejos» se revela como lo que actualmente es (en proyecto): una película que se pasea.
Una película que es una instalación performativa y que también, según como, es un libro desencuadernado cuyas páginas se han recortado y reeditado y que, por analogía, se ha convertido en una película.
Las antiguas páginas de una enciclopedia, de una compilación de saberes caducos. Un trasto viejo, compacto, pesado, con una materialidad y un contenido informativo que es casi la antítesis de lo que mucha gente decidiría colocar hoy día en una estantería su casa y que alguien colocó junto al contenedor de reciclaje, con cuidado, y que yo detecté y recogí cuando aun se lo reconocía como enciclopedia. Pero ahora se convierte en un rollo de película, cuando existen muy pocos rollos de película y menos aun de película de papel.
Esto que me lleva a preguntarme qué hacemos de los objetos caducos, de las narrativas y discursos obsoletos: ¿qué hacemos de estos cuerpos?
Yo, que los veo vivos, en transformación, quizá fermentando, propongo hacer películas que no se mueven, sino que invitan a moverse. Que salen del proyector y se despliegan por el espacio físico; que ocupan toda la arquitectura e invitan al paseo, a verlas mientras se pasea a su lado. Películas que se instalan en un espacio no convencional o en una caja blanca o un exterior, en vez de proyectarse en una pantalla bidimensional en una sala oscura; que van de la encuadernación del lomo y una estantería de la casa de alguien a la sala expositiva, a la mirada colectiva. Películas de papel que, como material fotosensible, se sigue velando por la luz durante el tiempo de instalación. Un papel en el que, quien sabe, quizá se revelen nuevas narrativas.
Sigo con
Centrada en «De lejos» como proyecto de «película que se hace» desde el paseo, la mirada y el tacto, durante el último tramo de residencia en La Caldera (casi en invierno), deseo hacer una práctica de permanencia en los gestos de corte y montaje de película. Esa semana, con esa actividad, pienso la S4 como un lugar-taller poroso, sin momentos de concreción espectacular, pero abierto de manera permanente a la visita. Una invitación con un mínimo, pero básico, manual de instrucciones. Mi curiosidad para quienes se acerquen se centrará en conversar en torno a lo que cada una percibe y entiende de la «convención cine», así que me apetece recibir preguntas y hacer dos: «¿qué hace de una película “película”?» y «¿que hace de un paseo “paseo”?».
Un paseo colectivo
Residencia del 3 de octubre al 16 de noviembre en red con la Muestra In Situ.
Participan en la programación del 'Ciclo Acción Mutante. Intervenciones en el espacio 'con la propuesta trabajada durante su residencia' Un paseo colectivo '(Exterior. Las Cortes - Noche)'.