CRIS CELADA - EL POLLO CAMPERO, COMIDAS PARA LLEVAR

Profile picture for user El Pollo Campero- Comidas Para Llevar- Cris Celada

CRIS CELADA - EL POLLO CAMPERO, COMIDAS PARA LLEVAR. Cristina Celada estudia Pedagogía y Arte dramático, movimiento escénico, clown y doblaje. En 2005 se muda a Barcelona, donde desarrolla su propia actividad teatral, combinando creaciones de corte más contemporáneo con espectáculos de cabaret y café teatro. Interesada en desdibujar las lineas que limitan lo que llamamos teatralidad, ¿qué elementos son necesarios para que un hecho sea teatral, de cuáles podemos prescindir? También trabaja alrededor de la idea de mezclar altay baja cultura, pop y pensamiento, cabaret y lenguajes contemporáneos en escena. Y desbordar el escenario, sacar el teatro de la sala de teatro. En los últimos tiempos ha formado parte del Colectivo ARTAS, asociado a La Poderosa (Barcelona); ha trabajado en el equipo de Bad Translation, un montaje de Cris Blanco; ha sido actriz en la compañía El Conde de Torrefiel en La chica de la agencia de viajes nos dijo que había piscina en el apartamento. Entre el 2017 y el 2022 formó parte del colectivo de artistas asociadas a MacBa, donde activó las exposiciones de Joan Brossa, Jaume Plensa, Charlotte Posenenske y Arte de Acción. Y creado proyectos propios para el museo, como Condiciones de Trabajo, una investigación ritualizada sobre las condiciones materiales en la vida de los artistas, uno de sus temas preferidos. Crea cosas para la escena en mi propia compañía, El Pollo Çampero comidas para llevar, con la que ha presentado 4 espectáculos: Sekvantaro: piezas codependientes de duración relativa en las que las actrices intentarán no hacer teatro (2014), Las actrices siempre mienten (2017), Parecer Felices (2019), y El Futuro (2022) Desde 2014 forma parte del colectivo Leer es Sexy, que crea piezas escénicas y audiovisuales mezclando de pensamiento crítico y cultura pop a través del doblaje.

UNIVERSO ARTÍSTICO DE LA COMPAÑÍA. Atravesando estas líneas de trabajo, me interesa preguntarme, cuestionarme la vida; son preguntas que me hago por el hecho de estar viva, me pregunto en la acción: ¿Cómo nos afecta vivir en la ciudad que vivimos, en el país, en el mundo? ¿Cómo afecta lo que vemos en la calle, lo que leemos en los periódicos, al teatro que practicamos? ¿Cómo se relacionan el entorno y la práctica teatral de El Pollo Campero, comidas para llevar? ¿Qué es hacer teatro contemporáneo? ¿Algo es contemporáneo por el hecho de hacerlo ahora, en nuestro presente? No trato de buscar respuestas a estas preguntas - porque intuyo que la respuesta es múltiple -. No me interesa responder, sino más bien dejar que las preguntas muten, cambien de sitio, se recoloquen. Me hago preguntas más por amor al cuestionamiento que por amor al conocimiento. Investigo con estas preguntas puestas, con estos interrogantes en el cuerpo entro a ensayar. Me interesa la idea de recorrido, mover a las personas de sitio, movernos con las personas, no estar siempre en el mismo lugar. Me gusta que el teatro llegue a las grandes salas, a las pequeñas y a las casas, a los festivales y a los barrios, que surja y ocurra en un contexto, que no se quede en un diálogo entre entendidos, que trascienda y vaya a algún sitio que no sea "casa", que vaya allá donde no esté cómodo. Me interesa trabajar en red: Trabajar con personas, colectivos que trabajan en el mismo lugar y a veces al mismo tiempo que nosotras, compartir, contagiarnos.

2023
Residencias en red

El Futuro

El futuro es una especulación.
El futuro no existe.
Imaginamos el futuro, continuamente.
Los futuros, existen.
El futuro es “algo” que no podemos ver “en presente”, forma parte del terreno de la conjetura. La propuesta de pieza escénica gira alrededor de esta imposibilidad. ¿Cómo imaginar algo que no has visto? ¿Cómo poner en juego los elementos necesarios para que se produzca el futuro que imaginamos? ¿Cómo invitar a la evocación de algo que no se ha vivido?
El Futuro... ¿qué te dice?
Antes de que tu imaginación fatalista se ponga a maquinar, te proponemos un ejercicio de suspensión.
El Futuro. Déjalo ahí. Interrumpe tus pensamientos, para.
Y ahora que ya estamos más tranquilas, veamos El Futuro.

La investigación parte de la idea de interrumpir nuestro imaginario de futuro. Viendo que lo terrible se ha colado con normalidad en nuestras cabezas. Pensamos en la escena y sus alrededores como lugares idóneos para cuestionar nuestra imaginación colonizada por ficciones fabricadas para asustarnos. Mirar hacia atrás en lugar de hacia delante.

El objetivo fundamental de esta residencia que hemos llevado a cabo en complicidad con el festival Citemor era adaptar la obra a espacios medianos, sin posibilidad de colgar telones. También queríamos adaptar la primera escena de la obra, protagonizada en su estreno por participantes de los laboratorios comunitarios. En esta ocasión no hubo laboratorio, las actrices de la escena que se realiza durante la entrada de público debíamos ser las actrices del resto de la obra.

Residencia en colaboración con Citemor - Montemor-o-Velho en Portugal, con el apoyo del Institut Ramon Llull

Ficha artística

Una creación de El Pollo Campero, comidas para llevar.

Idea y Dirección: Cristina Celada

Texto: Cristina Celada en colaboración con Rosa Romero

En escena: Rosa Romero y Cristina Celada

Coordinación técnica y diseño iluminación: Miguel Ruz

Espacio sonoro. técnica de sonido: Vanesa Rodrigo

Vídeo: Hugo Barbosa - Citemor

Fotografía: Susana Paiva - Citemor

Una coproducción de: Festival TNT, Teatro Calderón de Valladolid, Conde Duque y El Pollo Campero, comidas para llevar.

En colaboración con: La Caldera y Teatre L'Artesà.

Con el apoyo de: Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya.

Con el apoyo de festival Citemor, La Caldera y Institut Ramon Llull

2021
Residencia de creación

EL FUTURO

Este proyecto nace de una pregunta, ¿cómo será la vida dentro de 100 años, 1000 años?. Y de una certeza, si no puedo imaginarlo, no existirá, o lo que existirá me dejará totalmente de lado. Y si sólo puedo imaginar un futuro árido y despersonalizado, un futuro individualista donde las personas sintamos que no tenemos nada más que hacer, quizá sea eso lo que me encuentre a la vuelta del calendario. Porque estamos ubicadas en la distopía, herencia de toda la ficción que hemos consumido. Nuestros referentes en ciencia ficción suelen dibujar mundos difíciles en los que vivir.  Plantearme el futuro conlleva un ejercicio de imaginación, también de proyección. Algo parecido a lo que hago con el pasado remoto que solo he conocido a través de la historia que me han contado, que también es fragmentada, subjetiva, y relatada por los ganadores de los grandes pulsos de la historia. 

Con el apoyo de La Caldera, estoy desarrollando El Futuro, manual de instrucciones, un documento textual será entregado a la audiencia que acuda a la presentación. Un programa de mano-manual de instrucciones que será leído por el público en un espacio escénico concebido para imaginar/evocar. Me propongo la escritura de un texto que se complete en la cabeza del espectador/lector. También la construcción de un espacio escénico que dialogue con la audiencia y la propuesta textual. Un lugar donde leer, cada una a su ritmo, pero todas juntas en el mismo espacio. El contenido del Manual de Instrucciones invita a la 'intromisión' y a la coautoría del lector.