América Latina es una realidad de contrastes permanente: diferencias de clima, desigualdad social, diversidad étnica, etc. Esto también se manifiesta en la cultura del baile que la caracteriza, donde la alegría y la violencia conviven al igual que la vida y la muerte. El Baile es un fenómeno social que a menudo sucede en el contexto de una fiesta, sea en un bar, una verbena popular o una discoteca, donde el evento transcurre marcado por el azar y lo imprevisible, entrelazando a personas y sus historias. En tanto que práctica social en la que el individuo se disuelve en la colectividad y pone el cuerpo al servicio de la música y la fiesta, el Baile (diferente de la danza como disciplina) tiene algo ritual.

En esta creación, LaCerda se propone indagar en el impulso vital que mueve a todo cuerpo que baila al ritmo de la música, investigando la naturaleza del baile como movimiento, pero también como espacio de encuentro festivo y paradigma de la colectividad. Inspirándose en los maratones bailables y los ritmos latinoamericanos, Edward Tamayo (coreógrafo y director de la pieza) ha desarrollado un sistema de composición coreográfica en bucle a partir del cual se ha creado la pieza: los mantras, que se centran en la relación de los pies con la pelvis, en el espacio, el ritmo y el grupo.

El Baile de la Zurda es un homenaje al baile, a las ganas de vivir bailando a pesar de todo; un homenaje también a las raíces latinoamericanas de los creadores, fuente de su pasión por la danza.

La semana de residencia técnica en La Caldera debe servir a la compañía para realizar las pruebas de luz y sonido necesarias para el estreno del espectáculo en el Sant Andreu Teatre de Barcelona a finales de abril.