Farrés Brothers
FARRÉS BROTHERS CIA omos una compañía de teatro que trabajamos con trastos, gestos, palabras, muñecos e historias poco transitadas. Creada en 2002, Jordi Farrés, Pep Farrés y Jordi Palet proponemos un teatro para todos los públicos, irónico, nada azucarado y cargado de varias capas de lectura: nos gusta hablar de temas potentes, desde puntos de vista inusuales, de forma original y no moralizante.
Nuestros espectáculos van dirigidos a colectivos diversos además del público general, manteniendo una ética y una estética propias de la compañía.
Trabajamos para suscitar el interés y el reconocimiento de público y programadores, así como de Ayuntamientos, Centros, Consejos Comarcales, Bibliotecas entre muchos otros.
Buscamos un teatro vinculado con la sociedad, hasta ahora lo hemos hecho, incorporando a nuestros espectáculos detalles dirigidos a colectivos varios como: de cultura inclusiva (El silencio de Hamelín), de memoria histórica (La maleta de Agustí), de intercambio intergeneracional (Operación AVI), de diversidad (Tripula), de sentimientos (Orbital), entre muchos otros.
Tenemos nueve espectáculos disponibles. Hemos hecho 2.150 representaciones en todo el mundo.
Quien quiera establecer complicidades con personajes cargados de humor y emoción, que nos busque. Seguro que sacará algo de provecho, aunque sea vivir unos instantes de aire alterado ... o conocer los mundos posibles que hay dentro de este mundo imposible.
La visita de la vella dama
Clara Zachanassian vuelve a su ciudad natal, Güllen, para cerrar una herida abierta hace 45 años. Durante este tiempo, ella se ha enriquecido y, curiosamente, la ciudad ha caído en la miseria. Los gullenencs le esperan ilusionados, sobre todo Alfred ILL, su amor de juventud. Todos tienen la esperanza de que la Clarita les saque de la ruina. Pero nadie da nada a cambio de nada ...
"Yo describo hombres, no marionetas", dice Dürrenmatt. Y en esta versión de La visita de la vieja dama convertimos casi todos los personajes en marionetas. Parece una irreverencia hacia el autor, pero, en el fondo, la irreverencia no es más que una forma de veneración.
Veneración hacia una obra fulminante, donde nadie queda exento de responsabilidad. Veneración hacia un texto donde la venganza y el dinero manipulan la trama hasta convertirla en una espiral de donde no se puede salir. Ni quién es manipulado, ni quién es manipulador. Tan sólo hay dos personajes que no son títeres: Clara Zachanassian -la vieja dama- y Alfred Ill -su antiguo amor- encarnados por Vicky Peña y Xavier Capdet. Ellos son de carne y huesos, sí, pero los hilos de la trama los enroscado más que a nadie. Destrozamos, pues, a Dürrenmatt porque nos habla de un mundo destrozado, sin principios, sin humanidad, sólo con la apariencia.